viernes, 20 de abril de 2012

Nuestra muerte


Me gusta la libertad ante el precipicio, ante la inminente caída. Me gusta el saber la muerte cercana, la impotencia que otorga como consuelo el poder, por primera vez desear estar viva, sin reservas, desear de veras, con cada centímetro del intestino. 

Me gusta esta muerte sabida, este amor como niño muerto. Puedo quererlo sin temer por su futuro. Nuestro cadáver puede soñar con ese futuro inexistente, llorarlo, gritarlo, morderlo. 

Pero tu insistes en resucitarlo, y nuestro cadáver se vuelve una atrocidad de carne y humo. Le robas su muerte pacífica para traerlo a un mundo que va asfixiarlo, porque no nació para estar vivo, nació para habitar la tumba que ya adorné con flores y lágrimas secas.

Estamos frente a nuestra atrocidad, sin saber que hacer con ella, si matarla de hambre o matarnos con ella. 

miércoles, 11 de abril de 2012

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Acaba de morir Imelda, le dijeron, pero ella no escuchó. En su mundo no existe la muerte.
Qué bonitas ganas de llorar tienes, le dijo la mula
las tuyas también son muy bonitas, respondió ella, muy bien formadas.
Llevaba alrededor del cuello sus ganas de llorar, bien amarradas, adornando esa curva que imelda siempre acariciaba con la punta de los dedos.

viernes, 6 de abril de 2012

Como dormir

Dormir el alcohol
dormir el sueño
dormir el llanto.
Dormir.
En una cuna de silencios, olvido y utopía.
Dormir las sombras
dormir las sombras de su cuerpo
dormir las calles vacías
dormir en las calles vacías.
Dormir hoy, mañana y siempre.
Dormir, pero dormir en serio.
Dormir en cuerpo y mente.
Dormir despierto,
dormir vivo, muerto y en cualquier punto intermedio
dormir cansada, agotada, hastiada.
Dormir deseando.
Incluso llegar a dormir soñando
Yo duermo.
Ahora.
Aunque no lo parezca.