jueves, 14 de octubre de 2010

La tuya es una belleza triste

Estoy soñando, lo sé.

Te observo con los dedos, te conozco una vez mas.
Belleza triste

La tuya es una belleza triste,

de banderas blancas y heridas mal sanadas.

La tuya es una belleza triste, derrotada.

Rendida.

Con la paz que uno encuentra cuando no hay mas por lo que luchar

(y aunque lo hubiera ya no hay fuerza, ya no hay forma)

con piel de cicatriz, de recuerdo.

Con belleza de ceniza, de recuerdos de fuego,

Por tu tiempo no pasan los años, solo colores.

Por este tiempo no pasan los años,

solo pasan los sonidos que se pegan a las paredes y a tu piel,

los colores, las luces, rostros y gritos,

como miles de ojos incrustados desde los cimientos

te observan

nos observan

las nostalgias, las esperanzas,

te observan

nos observan

los monumentos de batallas perdidas,

contra la gravedad, contra la nostalgia,

te observan

nos observan

fotos antiguas, de ayeres olvidados.

Por tu cama no pasan los años.

Con las manos cubiertas de costumbre:

de amargo y dulce,

de luces y lodo.

recorro en tu piel caminos conocidos

a la derecha familiar

a la izquierda recorrida.

Hacia el frente ya explorado

los caminos se desgastan, están sangrando,

se crean de nuevo, se borran, se destruyen

y renacen.

Recorro las cenizas. Recorro tu belleza triste.

Me pierdo entre los escombros

que gritan canciones de amor olvidadas hace tiempo.

se apilan los segundos en cada rincón de tu cuerpo rendido

uno

a

uno,

uno

a

uno.

A punto de colapsar.

Uno a uno.

Y colapsa.